Las actividades nos han servido como instrumento para llevar a cabo una evaluación continua observando los resultados obtenidos. El objetivo fundamental que nos propusimos era que nuestros alumnos alcanzasen cierto grado de autonomía personal, y dentro de lo posible, lo hemos conseguido. Siempre hay que tener en cuenta que cada alumno parte de una base distinta y su grado de evolución y de Autismo es diferente también.
La cooperación de docentes y padres ha sido muy efectiva, ya que han participado de forma activa y así el desarrollo ha sido continuado y los alumnos han adoptado estos hábitos (o algunos de ellos) en todos los ámbitos.
También hemos colaborado a su desarrollo psicomotor gracias a las actividades propuestas.
Es cierto que no todos los alumnos han alcanzado los objetivos planteados, pero sí la mayoría han tenido un avance notorio.
Hemos observado que un 25% del alumnado no ha alcanzado todos los objetivos, de éstos un 5% ha sufrido un retroceso en su desarrollo. Al ver estos datos, nosotras, como equipo de orientación, proponemos para el próximo curso desarrollar un nuevo Plan de Intervención con mejoras, centrándonos en este sector del alumnado de un modo más personalizado, para que consigan evolucionar.
Al contrario, el 75% del alumnado han tenido un desarrollo bastante positivo (aunque en diferentes grados) y por ello, estamos satisfechas de nuestro trabajo.
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